Ishtar (o Inanna), era señora del firmamento, poderosa diosa del amor y de la guerra. Su primer esposo fue su hermano Tammuz. Al morir Tammuz, Ishtar descendió a los infiernos para arrancar a su hermano de la terrible Ereskigal, quien tenía poder sobre la vida y la muerte.
Después de darle instrucciones a su sirviente Papsukal (de ir a rescatarla si no regresaba) Ishtar descendió a la tierra de las tinieblas. Comenzó valiente y desafiante, gritando al portero que abriera la puerta o que la echaría abajo. Pero a medida que iba atravesando cada una de las siete puertas, ella debía desponjarse de una de sus prendas por lo que iba perdiendo su poder, hasta que llegó desnuda e indefensa ante la temible Ereskigal, que la mató y colgó su cuerpo en un clavo.
Con su muerte, todo el mundo comenzó a languidecer. Pero el fiel Papusukal llegó hasta los dioses y les pidió que creasen un ser capaz de entrar en el mundo de los muertos y resucitase a Ishtar con la comida y el agua de la vida. Así es como Ishtar volvió a la vida.
Pero habría un precio que pagar el precio: durante seis meses al año, Tammuz deberá vivir en el mundo de los muertos. Mientras está allí, Ishtar ha de lamentar su ausencia; en primavera, vuelve a salir y todos se llenan de gozo.